Era un despiadado monstruo femenino, su poder era tan grande que cualquiera que intentase mirarla quedaba petrificado, muchos sucumbieron al terror, hasta que un inevitable día, se encontró consigo misma y su incontrolable poder le destruyó.
...Hay que llenarse de valor para mirarse al espejo arriesgándose a convertirse en piedra.
Jaquelinne Felizardo
Nenhum comentário:
Postar um comentário